jueves, 21 de octubre de 2010

Quiero pintar el mundo con mis manos

Alguien de pequeño dijo: Papá, quiero ser artista. Y desde ese momento una nueva vida comenzó. Una vida llena de ilusiones, de objetivos, de metas. Una vida por la que luchar. A lo que el padre le respondió:
¿ Cómo que artista ? Sí Papá quiero pintar el mundo con mis manos, quiero dibujar ilusiones, quiero crear belleza, quiero ver el mundo con diferentes perspectivas, quiero regalar felicidad. 

Salir a la calle para emprender tus deseos de cero no es fácil. En la vida hay que saber cuando toca hacer esto. Hay que tener claro cuales son las cosas por las que debemos luchar, porque la iniciativa y el esfuerzo dejan una ligera línea que permite que los anhelos se cumplan. Podemos conseguir nuestros sueños, tocarlos con las manos e incluso saborearlos y desayunarlos por las mañanas. Solo se ha de concentrar uno en ellos y transmitir el sentimiento de poder alcanzarlos al mundo. Me encanta levantarme por las mañanas sabiendo que lograré mis metas, pero más me gusta acostarme con la satisfacción de haberlas conseguido. Me encanta dibujar mi existencia dentro de las posibilidades que nos ofrece este mundo diverso. Todos podemos dibujar, pintar, esbozar, perfilar nuestras vidas, sin tener un mínimo conocimiento de pintura. Porque las mejores cosas de la vida son las más sencillas de conseguir.

El niño que quería ser artista no pretendía ser cantante, ni tampoco actor, solo tenía una perspectiva de ver la vida diferente, abstracta, bohemia, sencillamente original. Eso es lo que define a un artista. Me encanta poder delirar y que mi cabeza viaje a mundos imposibles, volando hasta donde nunca hubiera imaginado, porque he descubierto un nuevo universo, porque he abierto un nuevo abanico de posibilidades. Porque he soñado por un momento y he abandonado mi rutina diaria para aterrizar en un nueva galaxia. Me fascina escribir textos tan abstractos e inexactos como este, por eso siempre aborrecí las ciencias, ellas no dan cabida a las imprecisiones o ambiguedades. Soy experta en delinear ilusiones, me chifla conceder sueños aunque sea en pequeñas dosis de las del tamaño de un terrón de azúcar o bien como los edificios deNueva York, eso no importa. También adoro regalar felicidad. Por eso se que mi pequeño gran sueño se cumplirá. Estoy segura, porque con él regalo felicidad.

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